¿Cómo surge la idea de crear CAFN y quienes lo integran?
CAFN surgió, esencialmente, a partir de la preocupación que se nos fue generando a muchos respecto del impacto que podían llegar a tener las fakenews sobre la salud del público. Primero fue una iniciativa de dos investigadoras CONICET, Belén Almejún y Soledad Gori, que rápidamente fue sumando más miembros, mayormente del área de ciencias de la salud pero también de comunicación y sociales, en su mayoría pertenecientes a CONICET, hasta alcanzar los 16 actuales (más colaboradores externos).

El aporte que hacen por informar es invaluable, ¿por qué creen que existen estas fakes sobre un tema tan delicado como el covid/pandemia?
Existen fakes sobre todo, es realmente difícil encontrar origen y razones para tal generación de información falsa. Una gran parte puede estar relacionada con desconocimiento, falta de criterio o acceso a evidencias, que, combinado con la ansiedad de la población por respuestas rápidas y miedo a la incertidumbre, dan un caldo de cultivo perfecto para la propagación de fakenews. Otra parte puede ser atribuible a “mala intención” o noticias que se producen a partir de intereses ajenos a la salud de las personas.

Año 2021 y aún se sigue poniendo en duda la evidencia científica. ¿Dónde encuentran el origen de este fenómeno?
De nuevo, es difícil marcar una cosa en particular. Sin embargo, algo que seguramente tiene mucha influencia, es que la ciencia no siempre puede aportar respuestas a la velocidad y en la cantidad que, en situaciones como una pandemia, requiere la población para calmar su incertidumbre. Por ejemplo, mucha gente exigió rápidamente tratamientos cuando apareció una enfermedad nueva sobre la que no teníamos información y, ante la ausencia lógica dada la necesidad de pruebas clínicas y el tiempo que eso toma, cayó lamentablemente en supuestas curas milagrosas carentes de cualquier evidencia que soporte su uso.

¿Cómo imaginan el futuro inmediato con el COVID ya instalado en la vida cotidiana de la gente?
Obviamente la expectativa está puesta en la vacunación. A medida que esta avance aquí y en el resto del mundo, seguramente, podamos ir recuperando gradualmente cada vez más de nuestras vidas.

¿Además de la vacunación, la responsabilidad social será un pilar fundamental para evitar nuevos rebrotes y restricciones de cara al futuro?
Durante el proceso actual, donde todavía tenemos niveles de circulación muy altos, la responsabilidad seguirá siendo fundamental para que no se propague el virus. La aparición de nuevas variantes (como la Delta) refuerza aun más esa necesidad. Obviamente predecir con exactitud lo que sucederá resulta complejo, aunque todos tenemos la expectativa de ir logrando reducciones globales en los niveles de muertes y hospitalizaciones primero y también circulación viral.

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