La ciencia revive especies milenarias.

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Descubrimiento permitió revivir un árbol que aparece en la Biblia y se creía perdido en el tiempo

Un hallazgo científico logró revivir un árbol bíblico que se creía extinto, rescatando una especie perdida en el tiempo.

Científicos consiguieron algo que parece imposible: el descubrimiento de una semilla milenaria llevó a la reaparición de un árbol de tiempos bíblicos.

Demoraron 14 años, pero los científicos lo consiguieron: hicieron crecer un árbol muy antiguo, tan antiguo que es mencionado en la Biblia. Este árbol se creía perdido hace cientos de años, pero el descubrimiento de una semilla realizado en el año 1980 permitió su «resurrección».
La historia de este descubrimiento es fascinante, y muy, muy larga. La semilla fue hallada en una cueva del desierto de Judea en 1980, y pasaron 30 años hasta que los científicos decidieron intentar germinarla.

Los resultados de este experimento fueron publicados el 10 de septiembre en la revista Communications Biology, y plantean algunos interrogantes, especialmente sobre el origen de este misterioso árbol.

Un descubrimiento incomparable
Se cree que la semilla del «nuevo» árbol tiene alrededor de 1000 años de antigüedad. La planta, bautizada Sheba, crecía originariamente en el Levante Mediterráneo, la región que hoy comprende Israel, Palestina y Jordania.

Actualmente el árbol tiene una altura de 3 metros (10 pies), luego de 14 años de crecimiento sostenido. Los científicos creen que recién ahora pueden describir sus características reales, que determinaron que se trata de una especie que no existe actualmente.

Mencionado en la Biblia
Los investigadores le dan una importancia inesperada a Sheba, ya que consideran que puede ser el origen de un extracto mencionado en varios puntos de la Biblia. Según explicaron, en el Génesis, y los libros de Jeremías y Ezequiel se menciona un «bálsamo (tsori)» con propiedades curativas, y este árbol podría ser su origen.

«La identidad del ‘tsori’ bíblico ha estado abierta a debate durante mucho tiempo», escribieron los autores del estudio. La sustancia está relacionada con la región histórica de Galaad, que se encuentra al este del río Jordán, entre el río Yarmuk y el extremo norte del Mar Muerto.

Lo que empujó a los científicos a esta arriesgada hipótesis es que el análisis químico de las hojas y la resina de Sheba reveló que el árbol es rico en triterpenoides pentacíclicos, que son compuestos biológicamente activos con propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas.

«Creemos que estos hallazgos respaldan nuestra segunda hipótesis, que ‘Sheba’… puede representar un [linaje] extinto que alguna vez fue nativo de esta región, cuya resina ‘tsori’ mencionada en los textos bíblicos era valiosa, asociada con la curación pero no descrito como fragante», agregaron.

Fuente: Francisco Pérez Osán - perez.osan@grupoamerica.com.ar - UNO

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